En el artículo: ¿Qué pasa con el sexo? Se abordaron los diferentes tratamientos ante un cáncer de próstata y cómo éstos pueden afectar en la esfera sexual. Además, se expusieron los posibles tratamientos médicos. La información detallada es breve y sirve para brindar un ligero conocimiento acerca de un área que puede verse afectada ante los tratamientos para esta enfermedad. Si usted padece cáncer de próstata, ha sido intervenido (o va a hacerlo) y tiene dudas acerca de efectos secundarios y otros tratamientos, póngase en contacto con su médico y pregunte sus dudas.
Para un correcto abordaje de las posibles alteraciones sexuales, lo ideal sería combinar tratamiento médico con tratamiento psicológico. A continuación, se hablaré de su abordaje psicológico.
Que la afectación del área sexual te genere malestar o bien sea un factor relevante para ti y tu relación de pareja es completamente normal. La salud sexual es una condición necesaria para el bienestar del individuo. Siendo, la sexualidad, parte de nuestra dimensión humana y formando parte de nuestras vidas. Por lo que, es un aspecto, que en muchas ocasiones no podemos obviar.
Para trabajar en lo relacionado con esta esfera es preciso Conocer tu circunstancia clínica en relación a una serie de factores:
– Al cáncer. Es decir, qué problema se ha presentado a raíz de la intervención o tratamiento recibido (p.ej.: disfunción eréctil)
– Al contexto psicosocial. Cuál es tu orientación sexual, identidad de género, roles, cultura…
– A la exploración de tu propia historia sexual antes y después del cáncer. Cómo ha sido y es tu(s) relación(es) de pareja o sexual(es), la duración y la calidad de las relaciones sexuales…
El conjunto de estos factores conforma tu manera de entender y vivir la sexualidad. El objetivo es conocer tu actitud (limitante o posibilitadora) hacia la sexualidad, la influencia de los mitos relativos a la sexualidad (“si no puedo penetrar ya no soy tan hombre”), qué mecanismos empleas a la hora de tener una relación (autoobservación, autoexigencia, ansiedad anticipatoria…) e ir, poco a poco, aprendiendo nuevas prácticas y técnicas concretas que te permitan relacionarte sexoafectivamente de forma satisfactoria.
Es muy importante destacar lo siguiente:
– Los genitales no son la única opción para mantener relaciones sexuales. La sexualidad también va ligada a la intimidad y a otros aspectos más sutiles y delicados que muchas veces pasamos por alto y que son generadores de bienestar, placer y comodidad: besos, caricias, abrazos, la mirada, los silencios…
– La sexualidad se vive y se expresa a través de los pensamientos, los deseos, fantasías, conductas.
Trabajar en tu área sexoafectivas tras los efectos secundarios derivados de las intervenciones y tratamiento por cáncer de próstata supone un proceso de adaptación a la nueva circunstancia, aprender a reconocer tus limitaciones físicas, así como tus potencialidades, fortalecer estímulos, buscar nuevas fórmulas y fomentar la actitud abierta y versátil con relación a la sexualidad. Date permiso para cambiar y reinventarte sexualmente. Aprender una sexualidad DIFERENTE Y ADAPTADA a tu situación y particularidades actuales, que te permita seguir disfrutando de las relaciones sexoafectivas. Esta nueva situación habrá que abordarla con creatividad, proactividad, constancia y estar dispuesto al cambio. Ante un encuentro sexoafectivo si te centras únicamente en tus carencias, tu cerebro ignorará las señales y estímulos placenteros que provienen de otras partes del cuerpo y que podrían resultar muy intensos y agradables.
Es de suma importancia abordar estas cuestiones en conjunto con la pareja, fomentar una comunicación abierta. Es probable que tu pareja también se encuentre preocupada ante esta situación y pueda estar experimentando las relaciones sexuales con estrés y desconozca cómo podría ayudarte. En este momento, es importante que compartas con tu pareja tus vivencias: preocupaciones, emociones… dándole la oportunidad de ayudarte. Su complicidad es importante para poder experimentar nuevas formas de relacionaros y neutralizar, por ejemplo, el sentimiento de culpa que surge, en ocasiones, al creer que “no podemos hacer feliz y/o complacer a la otra persona”.
Recuerda: LA ERECCIÓN NO DEFINE TU VIRILIDAD Y LA SEXUALIDAD NO ES ÚNICAMENTE LLEGAR AL COITO.
La satisfacción sexual se puede lograr a través de un gran abanico de interacciones y no única y exclusivamente a través de la penetración: como el sexo oral, las caricias placenteras, masajes sensuales… Se trata de optimizar la respuesta sexual (incluso más allá de los genitales) y que desarrolles tu consciencia sensorial a través de los cinco sentidos (gusto, tacto, vista, oído y olfato).
Las prácticas sexuales “normales” son aquellas que uno mismo establece y acuerda junto a su pareja, no hay estándares: ni en la duración, ni en la forma de hacerlo, ni en la frecuencia; no os pongáis límites a vosotros mismos.
Una clave muy importante en todo esto es mantener una comunicación fluida, transparente y sincera entre tu pareja y tú. Se trata de poder disfrutar de las relaciones íntimas en un entorno de tranquilidad y confianza.
IRENE LORENTE VALERO – PSICÓLOGA GENERAL SANITARIA.